Thursday, September 19, 2019

Paseo en el campo (Friedrich Hölderlin)

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Ven! a la intemperie, amigo! Aunque hoy brilla un poco
Solo hacia abajo y apretado el cielo nos cierra.
Ni las montañas han subido aún el bosque
Cumbre como desee y vacía de Gesange descansa el aire.
Hoy es aburrido, los pasillos y callejones están dormidos y casi sin ganas
Me parece que es, como en el tiempo de plomo.
Sin embargo, el deseo tiene éxito, la duda correcta en uno
No hay hora y el placer sigue dedicado al día.
Porque no un poco satisfecho con lo que hemos ganado del cielo,
Si él se niega y, sin embargo, envidia a los niños al final.
¿Solo que tales discursos y también el paso? y el esfuerzo
Vale la pena el beneficio y bastante cierto lo placentero.
Es por eso que incluso espero que lo haga, si lo desea
Comenzamos y primero nuestra lengua se afloja,
Y encontré la palabra, y el corazón ha resucitado,
Y surge de la contemplación más alta de la frente borracha,
Comience con el nuestro al mismo tiempo que el cielo florece,
Y estar abierto al resplandor de lo abierto.

Porque no es poderoso, pero es parte de la vida,
Lo que queremos, y parece decente y alegre al mismo tiempo.
Pero vengan también las golondrinas de bendición
Todavía algunos, antes del verano, en el campo.
Es decir, hasta Navidad con buen discurso, el suelo,
Donde los invitados construyen la casa del anfitrión inteligente;
Que prueben y vean lo más hermoso, la plenitud de la tierra
Que, como lo desee el corazón, se abra según el espíritu
Mañana y baile y canto y el placer de Stutgard fue coronado,
Es por eso que queremos subir la colina hoy.
Que aún mejor el Mailicht filantrópico
Hable sobre esto, explicado por invitados autodidactas,
O, como siempre, cuando a otros les gusta, porque lo viejo es la costumbre,
Y muy a menudo los dioses nos miran sonriendo
Que el carpintero diga desde lo alto del techo,
Hicimos el truco lo mejor que pudimos.

Pero hermoso es el lugar, si durante las vacaciones de primavera
Surgido el valle, cuando abajo con el Neckar
Pastos y bosques y todos los árboles verdes
Incontables, flores blancas, pesadas en el aire,
Pero con pequeñas nubes cubiertas de montañas, la vid
Amanece y crece y se calienta bajo el aroma soleado.


-------Versión Original------
Der Gang aufs Land. 

Komm! ins Offene, Freund! zwar glänzt ein Weniges heute
Nur herunter und eng schließet der Himmel uns ein.
Weder die Berge sind noch aufgegangen des Waldes
Gipfel nach Wunsch und leer ruht von Gesange die Luft.
Trüb ists heut, es schlummern die Gäng' und die Gassen und fast will
Mir es scheinen, es sei, als in der bleiernen Zeit.
Dennoch gelinget der Wunsch, Rechtglaubige zweifeln an Einer
Stunde nicht und der Lust bleibe geweihet der Tag.
Denn nicht wenig erfreut, was wir vom Himmel gewonnen,
Wenn ers weigert und doch gönnet den Kindern zuletzt.
Nur daß solcher Reden und auch der Schritt? und der Mühe
Wert der Gewinn und ganz wahr das Ergötzliche sei.
Darum hoff ich sogar, es werde, wenn das Gewünschte
Wir beginnen und erst unsere Zunge gelöst,
Und gefunden das Wort, und aufgegangen das Herz ist,
Und von trunkener Stirn' höher Besinnen entspringt,
Mit der unsern zugleich des Himmels Blüte beginnen,
Und dem offenen Blick offen der Leuchtende sein.

Denn nicht Mächtiges ists, zum Leben aber gehört es,
Was wir wollen, und scheint schicklich und freudig zugleich.
Aber kommen doch auch der segenbringenden Schwalben
Immer einige noch, ehe der Sommer, ins Land.
Nämlich droben zu weihn bei guter Rede den Boden,
Wo den Gästen das Haus baut der verständige Wirt;
Daß sie kosten und schaun das Schönste, die Fülle des Landes
Daß, wie das Herz es wünscht, offen, dem Geiste gemäß
Mahl und Tanz und Gesang und Stutgards Freude gekrönt sei,
Deshalb wollen wir heut wünschend den Hügel hinauf.
Mög' ein Besseres noch das menschenfreundliche Mailicht
Drüber sprechen, von selbst bildsamen Gästen erklärt,
Oder, wie sonst, wenns andern gefällt, denn alt ist die Sitte,
Und es schauen so oft lächelnd die Götter auf uns,
Möge der Zimmermann vom Gipfel des Daches den Spruch tun,
Wir, so gut es gelang, haben das Unsre getan.

Aber schön ist der Ort, wenn in Feiertagen des Frühlings
Aufgegangen das Tal, wenn mit dem Neckar herab
Weiden grünend und Wald und all die grünenden Bäume
Zahllos, blühend weiß, wallen in wiegender Luft,
Aber mit Wölkchen bedeckt an Bergen herunter der Weinstock
Dämmert und wächst und erwarmt unter dem sonnigen Duft.

Cuando el rojo del sol naciente - Rudyard Kipling

  Cuando el rojo del sol naciente cayó sobre el verde y oro nuestro padre Adán se sentó bajo el árbol y escarbó con un palo en el suelo. Y e...